jueves, 16 de julio de 2015

Todo es una cuestión de logística

Salir de casa es todo una aventura y una decisión. Llegar a horario…olvídalo, requiere mucha práctica.

El kit de supervivencia para un bebé requiere de varios componentes, unos están fijos, y otros son variables, pero todos al final de cuentas son necesarios para poder salir a la calle. No importa si es una distancia de 5 km, o de 500 km. Esto es lo mínimo, es como cuando salimos de viaje. Puedes quizá prescindir de un par de zapatos, pero el beauty kit no cambia de tamaño, sin importar si es por el fin de semana o por el mes completo, necesitamos tenerlo todo!

Empecemos por el cambiador portátil o pañalera, que contiene pañales, toallitas húmedas, crema para las rozaduras, y todo viene en un hermoso sobre que se abre para poder cambiar al bebé sobre ella. Luego tenemos el kit de lactancia, que contempla en baby poncho, para no exponerte al 100% mientras amamantas a la bestia, junto con baberos, trapitos para limpiar el reflujo, y los asquerosos pero a veces necesarios pads antiderrames (Solo las lactantes en abundancia saben a lo que me refiero). Sumado a esto, viene una bolsita mas con un cambio de ropa completo, una bolsita para el pañal y ropa sucia y mínimo un juguete. Pero no crean que esto es todo! Además, el rebozo, que tanto uso, también es material importante.

Antes de salir, además de todo esto, es necesario llevar una colchita y el CHUPETE!!! Ohhhh! Ya van varias veces que en el elevador me doy cuenta que me falta el bendito chupete…Entonces volvemos a buscarlo, con la bolsa montada en mi hombro a punto de explotar, cargando en el otro brazo a la bebé, y tratando de presionar el botón del elevador con el codo, o incluso con el pie. Te conviertes en un pulpo, y no imaginaba todo lo que podía hacer con un solo dedo libre que te queda. Llegas al coche…y chan!  Mientras suena tu celular, te das cuenta que las llaves están dentro de tu bolsa.

Esta odisea no acaba aquí porque ahora es momento de poner a mi bebé en su car seat, con una mano, mientras ruego que no llore porque me demoraría más el proceso de abrocharla. Suena mi teléfono otra vez, y es mi esposo. Y me pregunta por qué no atendí su llamada, que le urge que le responda algo y olvidó decirme que necesita un desodorante porque el último se lo llevó al casillero del club. Le trato de explicar que hace 15 mins estoy en el proceso de salir, pero no tiene sentido. Los llantos explotan y ya no puedo escucharlo. Estoy atrasada. Y estresada. Y aún no salí de casa. Ahora hay que calmar a la princesa. Ya no me espero a calentar el coche, apretó el acelerador, para que la criatura se calme y ruego que el tráfico no me acompañe, porque empeoraría las cosas.

Salimos! Lo logramos! Ahora mientras manejo, reviso el waze, y miro por el retrovisor a la reina. Se vomitó…un poquito…ni modo…que me espere a llegar. Prendo la radio, y conecto el spotify con mis playlists de baby nursery rythmes para escuchar el hit “Head & Shoulders, Knees and Toes”.

La logística se practica y se mejora, no crean que hoy ya no lo tengo cronometrado. El problema son los imprevistos. El vomitito y el cambio del pañal una vez q estas en la puerta apunto de salir, son los recurrentes. Pero cada día es una aventura nueva, y surgen otras más que no estaban en tu plan...que lo único que hacen es sumar más cosas al kit de supervivencia.



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